chill rain
Finales de Agosto nos regala una semana de lluvias de verano de madrugada. Para los que tienen insomnio crónico como yo debido a la negatividad constante y el reducido autocontrol, el sonido de las gotas es terapéutico. Dejando a parte algún ruido ocasional de la jungla urbana, permite reflejar el silencio de la mejor forma.
Acompañado de Franz, intento relajarme por completo para poder dormir sin tener que pasar lista de mis problemas. centrándome en el agua como si resbalara de las cuerdas de un violín reproduciendo su mágica sinfonía.
Me reduzco al sonido de B L O M S T y a los colores que me transmite con su jazz adaptado a la lluvia, me hace recordar y viajar a una época con filtro, donde puedo ahogarme en un bar ornamentado con madera noble, donde mi peso en la barra carece de importancia y el saxo y el vino son los únicos amigos a los que quiero prestar atención.
Y todo para evitar las evidencias reales a las que estoy sometido con el tedioso yugo de la rutina. Aun así me toco mi cabeza rapada mientras sonrío escondiendo la cabeza hacia mis piernas... Imaginándome que justo cuando me gire entrará algún fantasma del pasado con el que aun he dejado conversaciones y afecciones a medias. Pero no es real, dicta el sonido de mi encendedor, el cual me hace distinguir la línea al fijar-me en el humo que me rodea.
Me decanto por sólo contemplar la lluvia, la misma que antes de entrar en ese anhelado recuerdo, era fuerte, y se podía escuchar desde dentro, ahora no es más que una lluvia calmada, porque después de la tormenta siempre llega la normalidad otra vez, y ese es el consejo de la naturaleza que debo recordar siempre.