Un viento astral
Helado, gélido, palpable. Era tan real que hasta me hizo dudar durante un instante. Habitaba un sueño o una pequeña parte, ese cigarrillo parecía arena de Marte.
Nunca olvidare ese especial cielo espacial. Cargado de mensajes, de voces, de señales de vida extraterrestre.
Inhalaba las posibilidades y expiraba las verdades, no era difícil sentirme pequeño en aquel lugar tan agradable. Y mientras mis ojos se deleitaban y mis pupilas se confundían con aquellas luces tan dulces, me preguntaba: ¿como se lo contaré cuando deje de amarme por la mañana?.
Soledad, causante de errores y quehaceres inútiles, desertora de prohibiciones y provocadora de sensaciones melancólicas que se remueven por la sangre, ¿Eres tú o solo tu reflejo andante?.
Abrázame, llórame, "moquéame" hasta ahogarme en tus arrepentimientos, que tu actitud no te da derecho a que me abandones a mi merced, y que sigas plácidamente tumbada sobre mi tumba, que viaja sin rumbo hacia el otro lado del mundo libre.
Porque explícito será el final, y agridulce su moral.
Explorando nuevos horizontes desde el buque de los sueños.
JD