Cicatrices



Ella me mordía, me amordazaba, no podía con su faz de depredadora innata. Destrozaba mis sentimientos como pétalos de flor que vuelan con un viento feroz, destructivo. 

Que inhala criaturas malignas pendientes de juicio el cual van a convertir en desquicio. Impotencia , drama, error.

¿Lloraba? Pues no, solo quemaba y maullaba todo aquello que añoraba de nuestras caricias impunes llenas de falta, de cariño, de realidad.
Me dolía, la pared del muro nunca caía y su alma tampoco se disolvía, no como la mía que se escapaba por el desagüe llevándola directamente al sótano del fracaso. De la desesperación de no saber que pasara mañana, si seguiré viéndote como cuando decidí unirme a ti. Hasta la fin.

Enamorados enamorándose, y yo que amo no soy amado.

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