Verdades
El comisario entró con la cabeza bien alta, reclino su espalda en la silla de cuero gastada, se encendió un cigarrillo y me miró fijamente.
Solo nos separaba el humo fusionado con los rayos que desprendía aquella lamparilla llena de golpes. No existía nada mas que esa sala, recubierta de cristal negro y ojos cargados de prejuicios, donde solamente una mesa distanciaba nuestros corazones.
A pesar de todo, yo, me sentía cómodo, a gusto al soltar la verdad y si, quería hacerlo, no tenia nada que esconder.
-Fui yo. le dije tajante mientras me colocaba la pierna izquierda encima de mi otro muslo.
-Lo admito, soy culpable, de todo. Y se perfectamente que no lo va a entender ni mucho menos comprender, pero aun así, solamente le pido que no me juzgue todavía, siga creyéndose la mentira de que su vida galardonada es mejor que mi estado actual, de verdad, solamente escúcheme atentamente como nunca lo ha hecho y luego, acabe conmigo si quiere, al menos mi conciencia estará tranquila.
Antes de todo me gustaría dejar constancia de que le doy toda la razón del mundo, de verdad, simplemente necesitaba morir para ser libre de una vez por todas, supongo que entenderá que atrapado en esta jaula de monos no puedo llevar la vida que me gustaría, no?.
Pasa un ángel y las miradas decaen.
Sonrío, cojo aliento y sigo:
¿Alguna vez se ha preguntado si los animales del zoo son felices? Vivir en un entorno idílico donde no tiene que preocuparse por su única necesidad rodeados de niños y felicidad?,
Pues no, eh ahí el fallo. La supervivencia, No es que sea una desventaja para ellos, sino que es una ventaja, su instinto les guía cuando les apetece mejorar sus anteriores cacerías consiguiendo así alcanzar la felicidad, viviendo salvajemente.
Y si, ya no soy el mismo, me he aclimatado en la jungla de cristal y, me tomo un whisky diario porque no decirlo, pero, ¿eso no significa que este acabado?, no, y que ni mucho menos, sea peor que usted.
Simplemente sobrevivo, me adapto al medio, a sus olores, a sus movimientos, y sobretodo a sus depredadores, para que cuando venga un indio como tu, tan, "salvaje y autentico" no me la clave por la espalda.
Lo siento amigo pero, este es el mundo real, el único. Y si no soportas vivir en él, por favor no huyas a las montañas como una cobarde, enfréntate cada día al amanecer hasta el culo de morfina. Al menos podrás descansar en paz cuando llegue el momento.