Eterno retorno


Unos tanto y otros tan poco.

Paseaba por una época de callejones mojados, de noches en vela, macetas vacías.
El incomprensible ultrahumano había perdido poder debido al cansancio por no lograr nada de lo que se proponía.

Caras largas, marcadas de odio, de resentimiento, y lo peor, de pena. De lamento por no poder ayudarme, al verme tan decadente y deprimente.

Ni el mejor alcohol podía curarme los rasguños en la piel, ni el mejor jazz la mente con fiebre.
Solo había un modo de acabar con la maldición: – Ir un paso por delante de los demás, luchar y no descansar, ni un puto segundo.mas.
No había mas, si quería lograrlo ya sabia lo que tenia que hacer: Imponer el conocimiento frente al saber de ver y creer todo cuanto deseas comprender.

Pero conociéndome, y aun sabiendo que era lo correcto, no lo hice, ¿y sabéis por qué?, porque no me salía de mi joven y quemado cerezón.
La vida fue, es y será injusta, y ni tu ni yo ni yo ni él podremos cambiarlo. Lo único que si, es el porque de levantarnos cada mañana y querer vivir, sacudir sin freno, apasionadamente dionisíaco, donde el tiempo no es lineal sino circular.

Pero en fin, bajando de las nubes; no te engañes, tu estilo no va a cambiar, porque sigues siendo el mismo y al fin y al cabo eso es lo que te dota de tu esencia, sea buena o mala, es la tuya, única e irrepetible.

Ten en cuenta esto, interprétalo como quieras, el mensaje siempre será el mismo.

Porque hagas lo que hagas siempre habrá alguien que malinterprete tus ideales, el truco está en que tu los comprendas.