Para-noia
Hablamos de comprarnos una casita en la montaña y sacar a nuestro husky cada mañana. Con su pañuelo rojo, idéntico al nuestro.
Piratas, familia de bucaneros, montañeros hasta los huesos y equipados hasta los dientes. Felices.
Pero eso nunca pasará, la miro y veo borroso y es normal, después de tanto tiempo quien se va a acordar de un plan que ni si quiera tallamos en un árbol.
Y si os soy sincero, ya no la miro sino que los miro, a los dos, a el nuevo nosotros, en el cual yo no tengo sitio.
Y lo peor de todo es que a pesar de todas las putadas sigo aquí, escribiendo en la terraza de mi piso en los suburbios de una gran ciudad, un lugar, completamente opuesto al de nuestros sueños, bueno, al de mi sueño.
No tengo con quien compartirlo, ahora ella es un 2 y yo sigo siendo un 1, solitario y despierto.
A veces me pregunto: - ¿porque a pesar de todo sigo enganchado a su perfume?, a su sonrisa, a su vitalidad... a su todo. Aunque no es para nada el tipo de persona con el que fantasee en un principio, bueno, en un segundo, en un tercero, el caso es que la sigo viendo igual que en mis sueños.
Se vaya con quien se vaya, amigos cercanos, atletas dopados, o chamanes renovados, me da igual, yo la sigo guardando en mi cerezón.
La duda es presente cuando me fijo en las nubes, en como se tocan sin mirarse, sin preguntar, y siempre llego a la misma conclusión: - ¿Algún día conseguiré estar así?, con Elle, o lo que es mejor: ¿Algún día conseguiré encontrarla? Porque yo sigo aquí, y ella a saber donde, y lo peor, a saber con quien...
El caso es que, por una vez, no puedo comprender porque la odio tanto, si en el fondo me gusta, aunque me tire para atrás su desfachatez y su ignorancia hacia mi persona.
Ahh, esta situación me perturba la cabeza.
Y de repente, cuando estaba pasando por una etapa amistosa con ella va, y resulta que el famoso hombre sin rostro el cual justificó su ultimo plantón, es mi compañero de trabajo de toda la vida. Un tipo bueno, respetable, pero a la vez raro, odioso, extraño, diferente, un ser que sabes que oculta algo, pero que a la vez, le deseas lo mejor.
No se, no tengo ni puta idea de lo que estoy diciendo, solo se que no puedo acabar con esta locura, la bola se hace mas grande cada vez que las fichas van encajando, creando una carretera que acelera la pesadilla.
"y aquí me encontráis, con la ventana abierta, aturdido en el suelo, con tejanos y Daniels a mi lado."