Poison's gone
Hasta aquí.
No puedo seguir viviendo así, o llegaré antes de tiempo a la última parada de mi fracaso, donde no hay tren de retorno.
No puedo más, esto ya no es vida; ni los ambientes son reales, ni los aromas son dulces, ni los sentimientos verdaderos.
C’est fini. Pongo fin a este sin vivir.
No tengo más remedio que olvidarme de ser abeja polarizadora y solamente ser un lagarto de aliento amargo, así por lo menos, siempre buscaré la luz, que es lo que debía haber hecho desde un principio.
No puedo más con esta vida: Relaciones forzadas, candados tóxicos, tono subido, chamanes del siglo XXI y filo barata. Integración a base de porrazos y balas de cada vez más calibre.
En lo más alto parece que se ve el cielo cuando en realidad, este siempre ha estado bajo tus pies. Es que es cierto, te elevas pero la caída es inminente, y lo peor de todo es que eres consciente desde un principio, hasta que a la mañana siguiente te despiertas en el infierno con la garganta seca de tanto airear y muy poco rechistar.
Parece que el amado cerezón te ha desviado del Guadalquivir, pero sinceramente no creo que tenga la culpa, no es la suya es la tuya compadre! Asúmelo y déjalo.
¿Que más necesitas para creerte que todo esto no esta bien? Eh? ¿Otra noche mas de juerga premeditada con malcuerpo asegurado?, No, no creo que puedas aguantarla.
Y lo mejor de todo es que reflexionas y te preguntas ¿porque?, ¿es necesario?, ¿tanta gracia te hace ver el inexorable paso de tu decadencia inútil?, no te engañes, es todo apariencia, meros avatares creados psicológicamente para vivir experiencias que te aportan mucha decepción y muy poco fiestón.
No se tu, pero a mi esto me genera mucha desesperación. ¿quieres un consejo? déjalo atrás.
Porque sino, a la larga te vas a arrepentir de no haber valorado todo aquello que considerabas rutinario.
De véras, no les hagas esto a los tuyos, mejor dicho, no te lo hagas a ti mismo.
Se que duele, se que cuesta destriparse de estas pieles que llevan tantos años contigo pero es que no te hacen bien. Es así, y es lo único que tengo claro después de un año sin poder morir.