Chasqueando


Perfil griego, mandíbula callada, mirada incesante. Erase la historia de una voz pegada a un hombre, que predicaba todo aquello que notaba en su oscuro corazón.

Amante de los ¿Por qué no?, y la duda del devenir, del reprochable y anecdótico NO tajante, del amor que escala ventanas con piernas de meretriz, de sueños ilusos con nombres baratos, de papeles escritos a desgana y encendidos con esperanza.

De lloros catastróficos y rotundos, que levantarían de la cama a una población que aun sueña con el holocausto. De mentones barbilampiños manchados de culpa por pretender viajar con aires de superioridad. De bilis diabólica.

No lo olvides, él es así, te asalta la yugular cerebral que, poco a poco se descompone como nido, cual pájaro que esta ya en el nicho.
Un desierto de probabilidad llena sus botas de lamento, por no querer escalar a despecho, por todo aquello que nunca empezó.

Duro, implacable e imparable. Miente para no apagar la vela que iluminan los rostros de sus espíritus que alimentas sus noches en vela con cuentos navideños.

¿Volverán o volarán?
Que difícil es la maternidad! De la lucha de la lluvia, del caer de la bruma en su amargura nocturna. Que cada vez el crepúsculo es mas temprano y la mañana se demora.
Que triste, pero es la verdad, la única e irreparable. Que pena, es lamentable.

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