Sonidos de trompetas
Volvía a entrar a su habitáculo donde perecía en su tumba rectangular. Pegado a su tesoro y aceptando enfrentarse al peligro para defender su orgullo. Se adaptaba a un clima oscuro y crecían sus fauces. Vivía atormentado por ser un robot automatizado capaz de sentir aun repitiendo sus actos empobrecedores hasta la saciedad. Dolorido y cansado sabiendo que ya no es la bestia que fue en su día, adicto a la búsqueda del placer propio, siempre acompañado del buen jazz y la luz tenue.
Entraron los bongos y lo desconcertaron, la perdida de control y la mezcla con las trompetas le provocan un mal desvanecimiento, siempre acompañado de su fiel sombra por supuesto, y la personalidad noctambula que le atrae en sus alter egos.
Vive la noche en su contenedor de mega carguero, su confortable caja fuerte casi inviolable, siempre con la inexistente duda de actuar en defensa del orgullo propio para no caer en fase de pérdida.
Cada vez entrando más en el crecimiento personal con pequeños pasos, su inactividad en su obra digital es debido a su recuperado interés cada vez más por el papel, la tinta y el capítulo.
Siendo más espirituales les diría que el sonido de las trompetas forma parte de su desconexión a los mensajes de su demonio interno culpable de querer crecer en un mundo de miedos.
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El paciente presenta un claro cuadro de ansiedad producido por el alto consumo de productos medicinales terapéuticos.
Tiene varias patologías acarreadas con el paso de los años y estrés post traumático por miedos sin resolver, también presenta un trastorno bipolar severo que le provoca mentir compulsiva mente como un acto de defensa ante sus principios ágora fóbicos.
Mantiene actitudes psicopatías y rasgos esquizofrénicos paranoides inducidas por su falta de confianza en su verdadera fuerza y por eso prefiere evitar el conflicto.
Diagnóstico: Un año de internamiento centro de desintoxicación interno.
Dr.B